El engaño del entrenamiento funcional, nada nuevo en el horizonte.

Según la R.A.E, funcional:

1. adj. Perteneciente o relativo a la función o a las funciones. Competencia, procedimiento funcional. Dependencia, enlace funcional.
2. adj. Dicho de una cosa: Diseñada u organizada atendiendo, sobre todo, a la facilidad, utilidad y comodidad de su empleo.
3. adj. Dicho de una obra o de una técnica: Eficazmente adecuada a sus fines.
4. adj. Perteneciente o relativo a las funciones biológicas o psíquicas. Recuperación funcional.
5. adj. Ling. Perteneciente o relativo al funcionalismo.
6. adj. Ling. gramatical.
7. adj. Med. Dicho de un síntoma o un trastorno: Que comporta una alteración morbosa de los órganos no acompañada de lesiones visibles, que es, por lo tanto, susceptible de desaparición rápida y total.

En primer lugar:

Hemos de explicar que todo entrenamiento es funcional puesto que todo entrenamiento tiene un objetivo, una función, un fin último, que es preparar al entrenando para una competencia determinada.

Se esgrime el argumento para llamarlo “funcional” de que este tipo de entrenamiento es pensado, programado y ejecutado para ayudar a la persona a “lidiar” con su día a día, llegando así a un mejor estado de forma para subir escaleras, cargar pesos (bolsas de la compra), pasar muchas horas sentad@ en la oficina, etc.

¿Alguien se imagina…

Poner a hacer a una persona que trabaja en la oficina y cuyo objetivo es sentirse bien un entrenamiento de lanzamientos a canasta, tiros a portería, o levantamientos olímpicos? No entra dentro del sentido común ¿verdad?

Utilizaríamos pues los tiros a portería o lanzamientos a canasta si la persona tuviera como objetivo una mayor precisión en el tiro a puerta, o a canasta.

En segundo lugar ha habido un cambio de paradigma en el entrenamiento , pasando de buscar rendimiento deportivo a buscar un bienestar y una mejora en las capacidades físicas que les permitan superar los días con un mayor nivel de energía o un menor nivel de fatiga.

Está de moda en los centros deportivos porque el deporte “amateur” ha crecido mucho en practicantes en los últimos años y el tipo de entrenamiento que suelen buscar estas personas están relacionados principalmente con la salud, con sentirse bien en el día a día.

Cualquier entrenador con titulación oficial, entendía hace 20 años y entiende hoy en día que el tipo de entrenamiento planificado a una persona que busca salud debe ser diferente al que busca rendimiento deportivo.

Por lo tanto, el entrenamiento funcional como un tipo de entrenamiento específico, no existe, o más bien existió siempre con la diferencia de que ahora se le denomina así para poder llegar al público. Nada nuevo en el horizonte.
El término entrenamiento funcional obedece más a técnicas de marketing que de entrenamiento.

En el peor de los casos, obedece a la necesidad de llamarlo funcional para no tener que llamarlo personal y así pueda prescribirlo una persona sin titulación oficial, ya que hemos de tener en cuenta que el entrenamiento personal solamente puede prescribirlo un profesional del deporte Licenciado o grado en ciencias del deporte o certificado de profesionalidad en sala de entrenamiento polivalente.